Crónica del segundo Viernes de la Soledad


Si la primera cita de los Viernes de la Soledad de este año tuvo un resultado magnífico en cuanto a asistencia y conferenciante, esta segunda cita que tuvo lugar el pasado viernes día 13 fue ciertamente difícil de mejorar: las sesenta y cinco sillas de salón del hotel Torreluz*** fueron pocas para todo el público asistente que incluso tuvo que quedarse de pie para escuchar las sentidas palabras de José Luiz Cantón Pavón. “Recuerdos de don Juan López Martín” era el título de la conferencia que José Luiz Cantón, íntimo amigo y compañero de tan entrañable figura almeriense, nos ofreció.

Primero, nuestro Hermano Mayor, Luis Criado, presentó al invitado y relató algún recuerdo y vicisitud pasadas con el conferenciante y con don Juan durante los “años difíciles” de la Semana Santa de Almería.
Después, José Luis Cantón agradeció a la Hermandad de la Soledad la invitación, dejando claro el cariño que le tiene a nuestra hermandad y los ratos que había pasado con nuestro Hermano Mayor. A coninuación pasó a repasar algunos aspectos de la vida de don Juan: su nacimiento en Roquetas en el seno de una familia religiosa, el ejemplo de su padre, su afición a la música y en concreto al acordeón, a Andalucía, al flamenco, a los toros (Curro Romero) y a las flores blancas. También realizó un breve repaso por sus obras más importantes, como, por ejemplo, La iglesia en Almería y sus obispos o María en el umbral del siglo XXI, amén de su tesis doctoral que no pudo leer. Toda la exposición estuvo completamente llena de emoción y más de una vez un nudo en la garganta impidió a José Luis Cantón continuar la charla, mientras una fotografía de don Juan presidía la mesa.

Anécdotas vinieron a su memoria como la del primer año que estuvo en Roma y durante la Semana Santa no pudo dormirse hasta que consiguió sintonizar una radio española donde escuchó una saeta.
En los años 70, esos “años difíciles”, el obispo Manuel Casares le nombró consiliario de la Agrupación de Hermandades, sabiendo que don Juan era la persona indicada para ello. Era una labor ardua ya que la mayoría del patrimonio se encontraba en casas particulares. Así, don Juan habló con un grupo juvenil que se reunía en la Catredral (todos ellos futuros hermanos mayores posteriormente con una media de edad de veinti pocos años). El objetivo era recuperar y consolidar lo que había hasta la fecha: eran un “grupo de locos” que refundan la Agrupación.

Don Juan era un enamorado de la religiosidad popular, ya que creía que no se podía separar la fe de la religiosidad popular. Así, es nombrado director del Secretariado de Hermandades y Cofradías, en cuyo seno se fundan nuevas hermandades.

Sus hermandades siempre fueron Estudiantes, el Cristo de la Escucha y la Virgen del Mar. Así impulsé el renacer de la hermandad del Cristo de la Escucha. Como anécdota, en esos años el itinerario del Cristo de la Escucha pasaba por la calle de las Tiendas y un año, la madrugada del Jueves Santo, mientras se terminaba de arreglar el paso de la Soledad y de San Juan, al paso del Cristo de la Escucha se sacó el paso de la Virgen de la Soledad a la puerta. Pero la gente se apelmazó allí y se produjeron momentos de tensión por el problema organizativo. Por este motivo, se cambió el itinerario del Cristo de la Escucha y no pudo producirse más este magnífico encuentro.

En los años 80, el obispo Manuel Casares quería unas reglas las Hermandades, idea muy perseguida por don Juan. Así, en 1985 se publica la Carta pastoral de los obispos del sur, que eran unas normas para las hermandades y que supusieron un cambio radical en el seno de las cofradías.

También don Juan tuvo la idea de la organización de un Encuentro Mariano de Hermandades, que la Agrupación tuvo a bien recoger y que supuso un momento importantísimo en nuestra Semana Santa: exposición en la Catedral de los pasos marianos, conferencias, etc.

También pidió la reforma de las normas diocesanas con el obispo don Rosendo y la formación de un secretariado que agrupaba a los hermanos mayores por zonas.

José Luis Cantón también quiso hacer mención de otros aspectos como las reuniones interminables y, a veces, polémicas en la Agrupación en aquellos años. Don Juan se indignaba con las nuevas modas que algunos periodistas mantuvieron cuando llamaban “moreno” al Cristo de la Escucha y “Lola” a la Soledad, incluso criticaron su postura en la prensa.

Para terminar su exposición, José Luis Cantón, muy emocionado, quiso hacer mención de un aspecto muy importante en la figura de don Juan: la amistad, que él y su familia sintieron de manera especial.
Varios minutos de aplausos dieron paso a que Luis Criado comentara algunos aspectos de la conferencia y, sobre todo, agradeciese su asistencia a los hermanos mayores de otras cofradías que nos acompañaron (bastantes) y a todo el público que nos reunimos allí, dando por terminados los Viernes de la Soledad de esta Cuaresma 2009.

Unas veinticinco personas degustamos una sencilla cena en los salones del hotel, mientras que José Luis Cantón y Luis Criado seguían comentando anécdotas que a más de uno nos dejaban los ojos abierto como platos de aquellos años en los que unos pocos “locos” sacaron esto adelante. Muchas gracias a todos ellos.

Después del año pasado, creíamos que iba a ser muy difícil continuar con la línea de calidad alcanzada, pero nos hemos dado cuenta de que la hemos superado en este año en cuanto a calidad y en cuanto a público asistente.