El escudo de la Hermandad representa el símbolo tradicional de los Siete
Dolores de María: un corazón traspasado por siete espadas y encima una llama de
fuego que representa su amor hacia Dios y la humanidad. Las espadas refieren a
la profecía de Simeón (Lucas 2: 33-35).
La devoción de los Siete Dolores recuerda siete episodios tristes
considerados como los más profundos y dolorosos en la vida y en el corazón de
la Virgen María. El número siete representa desde la antigüedad, el significado
de la plenitud o totalidad.
Primer Dolor: La profecía de Siméon.
Cuando María y José presentan el Niño Jesús en el templo, Simeón predice
que una espada (de dolor) atravesará el alma de ella.
“Simeón los bendijo y dijo a María su madre: Mira, este niño va a ser
motivo de que muchos caigan o se levanten en Israel. Será signo de
contradicción, y a ti misma una espada atravesará el corazón; así quedarán al
descubierto las intenciones de todos.”
Segundo Dolor: La huida a
Egipto.
Cuando el Rey Herodes ordena la muerte de todos los niños varones de dos
años de edad o menos, María y José huyen a Egipto con el Niño Jesús.
“José se levantó, tomó al niño y a su madre de noche, y partió hacia
Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes.”
Tercer Dolor: El Niño Jesús perdido en
el templo.
María y José buscan el Niño Jesús en Jerusalén durante tres días, por
fin encontrándolo en el templo.
“Al verlo, se quedaron perplejos, y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos
has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando angustiados.”
Cuarto Dolor: María encuentra Jesús
camino del Calvario cargando la cruz.
María comparte el
sufrimiento de Jesús mientras Él carga la cruz por las calles de Jerusalén.
“Lo seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se golpeaban
el pecho y se lamentaban por él.”
Quinto Dolor: María al pie de la cruz
en la muerte de Jesús.
María presencia la crucifixión y muerte de Jesús.
“Todo está cumplido. E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.”
Sexto Dolor: María recibe el
cuerpo de Jesús.
Bajan el cuerpo de Jesús y lo ponen en brazos de
María.
“Éste (José de Arimatea) compró una sábana, lo bajó (de la cruz), lo
envolvió en la sábana...”
Séptimo Dolor: María presencia
la sepultura de Jesús.
El cuerpo de Jesús es colocado en el sepulcro y María espera la
Resurrección.
“Después de bajarlo (José de Arimatea), lo envolvió en una sábana y lo
puso en un sepulcro excavado en la roca, donde nadie había sido sepultado
todavía. Las mujeres que habían acompañado a Jesús desde Galilea, lo iban
observando todo de cerca.”
“Entre los dos (José de Arimatea y Nicodemo) se llevaron el cuerpo de
Jesús y lo envolvieron con vendas de lino bien empapadas en la mezcla de mirra
y áloe, siguiendo la costumbre judía de enterrar a los muertos.”